La Expansión Del Movimiento Revolucionario
Una vez implantada esta Junta de Gobierno, y a pesar que se consideraba heredera del trono de Fernando VII, fue necesario conseguir la legitimación por parte de:
· Las antiguas autoridades coloniales
· Las provincias del interior que dependían de Buenos Aires.
· Los territorios limítrofes como la Banda Oriental, Paraguay, Chile y el Alto Perú.
Cisnero y demás altos funcionarios dieron la aprobación, pero bajo protesta, ya que no tenían otra opción. En la metrópolis no podía acudir a nadie y en las colonias las milicias ya no acataban más sus órdenes.
En el interior, no todas las provincias aceptaron esta nueva forma de gobierno, como fue el caso de Córdoba, en donde se gestó un movimiento dirigido por el ex virrey Liniers, que se negó a aceptar las resientes autoridades. Conocida esta reacción, rápidamente fueron tomados prisioneros los opositores y fusilados en Cabeza del Tigre, en la ciudad de Córdoba. Esta actitud hizo que mas tarde las otras provincias en disidencia juraran obediencia a la Junta.
En territorios periféricos no fue tan fácil lograr obediencia por que había viejos intereses coloniales. Para hacer frente a esta resistencia se debió incorporar soldados y crear un ejército organizado y experimentado, para combatir contra los opositores. Se recurrió a la leva forzosa de indios, mestizos y criollos. A su vez llegaron al país (1812) , desde Europa, algunos militares de carrera, como el Gral. San Martín y Alvear, que cumplirían una importante tarea a favor de la libertad de los pueblos americanos. También sobresalieron en el interior hombres de coraje y con habilidad de conducción como Martín Güemes que defendió con valor las fronteras de norte del país contra el avance realista, Gervasio Artigas caudillo oriental con gran influencia y poder sobre los criollos de la Mesopotamia y el Uruguay.
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